lunes, 13 de junio de 2022

AUSENCIA






 ¿Dónde estás? Decime dónde estás. Porque te busco en los caminos sinuosos del bosque en que nacimos, en las veredas mojadas del suburbio que escandalizamos, en los alféizares húmedos de la lluvia nocturna, esos en los que fuimos osados. No te encuentro, apenas te imagino como una sombra furtiva, como un reflejo inasible que se escabulle en el tiempo. Una vez fuiste presencia absoluta, fuerte y a la vez tierna, procaz y a la vez discreta, audaz y también temerosa, de fronteras entre nosotros invisibles. Pero hoy no te encuentro. Te busco entre las ramas de aquel viejo algarrobo, debajo de esa arena nuestra y caliente, entre las hojas secas que nos sostuvieron y crepitaron, también sobre las cornisas de los templos viejos en que jugamos a ser dioses poderosos e inmortales. Decime dónde estás ahora. ¿Detrás de la luna nueva? ¿En el fondo del mar encrespado? ¿En la cúspide del cerro que una vez desafiamos? No te escondas, no huyas, no desaparezcas de mí. Decime en qué lugar, en qué tiempo, en que rincón de la historia decidiste esconder el éxtasis de tu risa descarada, tus felinos ojos de fuego, tus palabras graves de susurros inquietantes, tus caricias de terciopelo. ¿Dónde estás? Quiero escucharte, sentir tu mano tibia, tu piel transpirada, tu voz pausada, tu sabor a trigo escaldado, el latido constante de tu corazón en mi pecho. No dejes que yo también me pierda en mi propio olvido. Solo una pista, apenas una hoja que caiga y me sugiera un camino, y me echaré a andar.

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