
(Foto de Bruno Iglesias) - https://www.flickr.com/photos/bjifas/3972729999
Primera temporada
Aparece en una casa una ventana forzada y el dueño denuncia
que le faltan objetos de valor cuya propiedad justifica. Está claramente
probado el delito de robo agravado. No se sabe quién fue, pero el delito está
probado. Eso se conoce en derecho penal como materialidad ilícita. El fiscal y
la policía investigan, pero no hay huellas ni indicios, solo conjeturas sobre
quien pudo haber sido. A la víctima, un laburante que sufrió el perjuicio, no
le queda otra que llorar lo perdido y disponer el arreglo de la ventana.
Segunda temporada
Al tiempo, en una cerrada reunión de amigotes que
relatan sus historias mate de por medio, uno de ellos cuenta alegremente que
tiempo atrás, la pelota con la que jugaba con su hijo en la vereda se introdujo
en casa vecina. Su hijo se metió en la casa, advirtió que sus habitantes no
estaban, rompió la ventana, ingresó y sustrajo dinero, un reloj y una
computadora portátil que encontró a la mano. Salió con lo sustraído y con la
pelota, volvió al lado de su padre que, asombrado había visto lo que hizo el
joven, no obstante lo cual siguió jugando con su hijo. El tipo reconoció lo que había pasado, admitió
no haber intervenido para evitarlo pudiendo hacerlo, y estúpidamente se limitó a
lamentarse por el daño ocasionado al dueño de esa casa, soltando una risotada
de energúmeno tras hacer sonar el mate con una profunda chupada. Uno de los presentes, enemistado con él, lo graba y publica el
video en YouTube.
Tercera temporada
Caso resuelto. Es lo que se conoce en derecho procesal penal
como “confesión extrajudicial”. El indicio contundente que permite sospechar
con alto grado de certeza quiénes fueron los autores, revivir la investigación,
justificar un allanamiento en su domicilio, hacerse de otras pruebas
corroborantes (por ejemplo el reloj y la computadora que la víctima reconoce
como las que le fueron sustraídas y coinciden con la descripción que dio en la
denuncia). Con esto, queda justificado llamar al autor directo deschavado y
también a quien participó necesariamente del robo al haber tenido posibilidad
suficiente para impedirlo y omitió hacerlo. Declaración indagatoria y procesamiento
para los dos como coautores del delito de robo agravado.
Cuarta temporada
El gobierno espantoso de un país subdesarrollado se propuso destruirlo aún más, declinar su soberanía, hacer un enorme agujero en la producción
nacional, desvalijar su patrimonio en beneficio propio de su staff de
funcionarios, y empobrecer al sufrido pueblo por generaciones mediante un
irracional endeudamiento del que las víctimas no sabrán cómo han de
salir. El responsable de haber dejado consumar ese desfalco, tiempo después de consumado el desastre, en reunión de mateada con compinches, admite el perjuicio que esas acciones iban a implicar para la
sociedad, dice que lo sabía, que les decía a sus subalternos que no continuasen
tomando deuda, porque “se iría todo a la mierda” (el todo, obvio, no lo incluye
a él ni a sus amigos y cómplices, el todo es el pueblo trabajador del pobre país), pero que sus funcionarios no
le hicieron caso y continuaron con la fuga de riquezas por la ventana, incluidas
las pelotas de fútbol repartidas en las estaciones de servicio importadas de China en perjuicio de
los fabricantes locales. Tras el reconocimiento le dio una profunda chupada al mate, que hizo ruido, y soltó una risa de energúmeno. Uno de los presentes lo graba con su teléfono celular
y lo publica en YouTube, enfadado por la actitud del tipo de echar culpas a
otros del desastre, cuando resulta que él era el jefe supremo y responsable político
máximo de la administración del país, tal como dice su constitución, por lo que tenía autoridad suficiente para impedir las acciones de
sus subalternos, “que se fuera todo a la mierda”, y no lo hizo.
Quinta y última temporada
El gobierno que sucedió al de los estafadores, decidió promover una investigación judicial para probar el desfalco y someter a juicio a los delincuentes. La justicia, pese a tener las pruebas delante de la nariz, entre ellas la grabación de los propios dichos del responsable máximo, sigue dando vueltas. El gobierno que sucedió al de los estafadores, se encuentra en el callejón sin salida de tener que enfrentarse a una patota de bandidos armados que le dieron la guita al anterior, o ver cómo hace para salir del trance con el menor daño posible. Es como si alguien usando tu nombre fuese a un prestamista, cobrase un paquete inconcebible de dinero, se lo llevara y después te pasara por debajo de la puerta de tu casa la copia del pagaré imitando tu nombre y firma. Vos tenés las pruebas y la filmación en la que el estafador admite la estafa, vas a los jueces, y los jueces dan vueltas y vueltas...
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